En medio de los festejos, dialogamos con algunos de los jugadores de Newbery, instantes después de haberse consagrado. Todos coincidieron en resaltar el sacrificio y entrega del equipo, su capacidad goleadora y la fortaleza para salir adelante del bajón futbolístico que tuvieron a mitad del campeonato.
Martín Ledesma, capitán y figura del equipo campeón, quien ayer nuevamente tuvo una tarde brillante en la que otra vez hizo gala de su potencia física, dijo que junto a sus compañeros hicieron realidad el sueño de todo Lobería y sostuvo que no hay discusión sobre el merecimiento de Newbery para ser campeón.
Claudio «chochi» Omar, histórico jugador de Newbery, recordó que en su paso por el club le tocó vivir momentos malos y en esta ocasión hubo un grupo de 20jugadores que dejaron todo por conseguir el objetivo supremo.
Gustavo Irigaray tuvo ayer una tapada clave cuando se jugaban apenas dos minutos del primer tiempo. Fue una pieza fundamental en momentos en los que el equipo lo necesitó en estas instancias definitorias. Mencionó que el título le permitió a Newbery coronar el gran año que tuvo.
El goleador tandilense, Maxi Villar, desde su perspectiva resaltó la pasión con la que vivió nuestra ciudad el campeonato aurinegro. «Fuimos un plantel duro y batallador», puntualizó el delantero.
El juvenil Franco Azcona, quien aún no era nacido cuando Newbery fue campeón en 1992, no ocultó su emoción por el logro alcanzado. Parafraseando el cántico de la hinchada, destacó que el equipo tuvo «huevo y corazón y todo para ser campeón».
El «sapo» Pablo Avelisa, otro de los que acumulan años vistiendo la camiseta aurinegra y que ayer puso punto final a su carrera futbolística, dijo que lograr el campeonato fue «una felicidad enorme, algo soñado, que cuesta muchísimo sacrificio».