La noticia sobre la muerte del loberense Lucas Arrighi (30), en Neuquén, causó gran conmoción en nuestra comunidad. Medios neuquinos habían informado en principio que Arrighi había sido asesinado de una puñalada, pero ahora señalan que habría caído desde el edificio donde vivía con su esposa e hijo y que los investigadores intentan establecer si lo arrojaron al vacío o se trata de un suicidio.
La primera hipótesis que trascendió fue que había sido asesinado de una puñalada en la ingle cuando se disponía a ingresar al edificio donde vivía con su esposa embarazada de cinco meses y medio.
Tras la autopsia al cuerpo de Lucas, el dairio La Mañana de Neuquén confirmó con fuentes del caso que el Cuerpo Médico Forense disparó una segunda línea de investigación.
La muerte fue producto de un traumatismo de cráneo, determinaron los médicos forenses. Además, siempre según lo consignado por LMN, aclararon que el joven tenía todo el esternón fracturado «de hecho las lesiones cortantes que tiene son de adentro hacia afuera, es decir que los huesos cortaron la piel al salir tras el impacto», confió un informante.
Esto obligó a la Fiscalía y los peritos de la Policía a realizar una inspección ocular en el edificio donde descubrieron rastros que avalan la hipótesis de que el joven subió hasta la terraza, donde encontraron más rastros similares.
La primera hipótesis que había trascendido era que había sido asesinado tras un pelea, ya que en los nudillos de las manos tenía lesiones típicas de una riña y que las heridas en la ingle se debían a una puñalada.
Sin testigos, los investigadores comenzaron a pedir a los negocios de la zona y al Comando Operativo Policial (COP) los registros de las cámaras de seguridad.