Estancia Encinosa 26-05-2014 copiaLa fiscal Eugenia Quagliaroli, que interviene en el caso de la muerte de tres jóvenes en la estancia Los Carpinchos, declaró que es “muy difícil” establecer el móvil de lo que hasta ahora serían dos homicidios seguidos por el suicidio del autor. Reveló además, que las declaraciones de familiares y amigos de los tres fallecidos no aportan datos que permitan establecer el motivo de la tragedia que conmociona a Lobería.

La fiscal investiga las muertes de Leandro Soplan, de 22 años de edad, su novia Alexandra Teruggi, de 18, y de Rocío Borello, de 19, amiga de ambos, quienes fueron encontrados el lunes sin vida en el interior de una antigua vivienda de la estancia Los Carpinchos, a 18 kilómetros de nuestra ciudad.

“Todas las pruebas recogidas hasta el momento hacen que la hipótesis más firme siga siendo que se trató de un doble homicidio seguido del suicidio del autor, que en este caso concreto sería el joven Soplan, quien habría disparado contra su novia y su amiga y luego se quitó la vida con la misma arma. Por el momento, es lo que tenemos como hipótesis”, manifestó Quagliaroli al canal necochense TSN.

Fuentes cercanas a la investigación detallaron que el atacante disparó con una escopeta calibre 16 y tuvo que cargar tiro a tiro cada uno de los cuatro cartuchos destinados a las víctimas y el último, con el que se habría disparado en la boca.

También se confirmó que cada una de las víctimas estaba en ambientes separados. Ambas chicas tenían disparos en su espalda, una a la altura de la cadera y la otra en un glúteo. “Entendemos que ese fue el primer disparo con el fin de inmovilizarlas cuando estarían escapándose o pretendiendo salir del lugar, y luego vino el segundo disparo, en la cara de ambas», detalló la fiscal general Analía Duarte, quien explicó que una de las chicas, Teruggi, estaba muerta en un dormitorio y la otra en un lavadero que tenía la puerta cerrada, con su cuerpo trabando la puerta.

Por su parte, Quagliaroli manifestó que “no había signos de lucha, no había nada desordenado que nos hiciera pensar en un delito contra la propiedad, por la manera en la que estaba la casa –cerrada por dentro-, por cómo estaban las víctimas, cada una en una dependencia distinta”.

La fiscal Quagliaroli se refirió a lo complejo que resulta tener indicios sobre qué fue lo que motivó las muertes: “la familia y los más allegados de las tres víctimas pintan una relación absolutamente idílica, por supuesto, son los padres, con nuestros hijos nunca somos objetivos. Entonces nos pintaban la relación de amistad de las dos chicas como una relación muy buena, de mucho afecto, de mucha confianza y compañerismo. Y la relación de noviazgo de estos chicos que terminaron tan trágicamente, la pintan como una parejita bien avenida, muy compañeros, enamorados, que no tenían problemas, que no había celos, por lo tanto es muy difícil establecer el móvil”.

Eugenia Quagliaroli agregó que en sus declaraciones “los amigos no han ahondado demasiado, o no sabrían o no conocían, o tal vez fue una cosa que siendo una pareja tan bien avenida y demás, en un momento hubo un disparador con lo cual hay que incorporarle el elemento bebida porque, si bien no era que estaban en una destilería, habían tomado cerveza, licor, probablemente hayan hecho alguna mezcla y a lo mejor a una causa nimia el alcohol la exagera”.

“Este es un hecho terriblemente dramático, trágico, que tenemos la obligación de esclarecer”, dijo la fiscal Quagliaroli, que además expresó que “si el resultado (de la investigación) va a ser doble homicidio seguido de suicidio, debemos tener la absoluta certeza; de lo contrario, la obligación del Ministerio Público es llegar hasta donde podamos, y en especial si pensáramos en la posibilidad de un cuarto responsable, por lo tanto estamos al comienzo”.