Luego de casi 24 horas de sesión, la Cámara de Diputados le dio media sanción al proyecto de legalización y despenalización del aborto por una ajustada diferencia y ahora la iniciativa llegará al Senado, en donde puede recibir la sanción definitiva, ser modificado o rechazado de plano.
Como se esperaba, la jornada estuvo marcada por el pulso de los indecisos, que definieron la votación cuando la discusión llegaba a su final. Fue así que, con poco margen, la norma se aprobó con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención.
El final fue caótico. El tablero inicialmente marcó que el resultado había sido 131 a 123 y una abstención. Pero inmediatamente un grupo de diputados empezó a exclamar que estaba mal marcado. En paralelo, los festejos de quienes impulsaron la iniciativa no cesaba. Pero cuando Emilio Monzó pidió la palabra, comenzó a mermar la euforia.
«Hubo cinco diputados que no le tomaron el voto», exclamó. Al principio, invadió la preocupación. Pero luego, rápidamente, se constató que eran solamente dos. La ecuación no cambiaba. Resultado final: 129-125-1. La suma total da 255 y no 257 -el total del cuerpo- porque Monzó no vota y porque Julio de Vido está preso.
Pero no terminó ahí. Elisa Carrió pidió la palabra, lo que fue rechazado por la oposición, que le reclamaba que no había asistido a todo el debate: «Hace veinte horas que estamos acá», le gritaban. La diputada tuvo una muy breve intervención: «Quiero hablar porque represento a una parte de la sociedad, que me ha votado. Respeto las otras posiciones. He estudiado este tema durante 40 años y no he hablado para preservar la unidad de Cambiemos».