Jonatan Castellano se consagró campeón del Turismo Nacional clase 3 en Rosario, ganando con contundencia la carrera que obligatoriamente necesitaba para quedarse con el ansiado título que celebra todo Lobería, sus hinchas a lo largo del país, su papá Pincho y toda su familia.
Finalmente se le dio al ‘Pinchito’, que partiendo desde el quinto cajón logró una gran final en Rosario y fue avanzando hasta el primer puesto que le terminó dando el título en el Turismo Nacional.
Castellano con un auto liviano fue determinado en su búsqueda por la victoria y al cierre de la primera vuelta ya estaba tercero y a la cola de Alfonso Domenech. Expectante de lo que pudiera suceder con los líderes, el de Lobería esperó para ensayar sus primeros intentos de superación.
En el inicio del cuarto giro el campeón Julián Santero se empezó a quedar y esto le heredó el liderazgo a Domenech, dejando a Castellano segundo y a un paso del título si lograba dar cuenta del de Pergamino.
En el giro siete Castellano fue por todo y logró superar a Domenech para ser más líder que nunca del campeonato. Con la intención de empezar a escaparse, mejoró el ritmo de su Chevrolet y se escapó del de Ford.
En la vuelta 14, Gregorio Conta se despistó y provocó la neutralización con auto de seguridad. En el regreso a la velocidad de carrera se tocaron los Ford de Chapur y Domenech, lo que le dio la posibilidad a Vicino de ser el nuevo segundo y Lambiris tercero. Esto le aclaró aún más el panorama a Castellano, con una clara ventaja a favor del de Lobería que a tres giros del final respiraba tranquilo en el primer puesto, ya acariciando la copa de campeón.
Con cierta comodidad transitó los últimos kilómetros Jonatan Castellano, haciendo lo que tenía que hacer para poder festejar un título argentino que se le venía negando. En el segundo lugar se terminó afirmando Carlos Javier Merlo tras una gran temporada, en la que cerca estuvo de la corona pero sumó un nuevo subcampeonato. Detrás, Jerónimo Teti se quedó con el tercer lugar.
Luego de la carrera Jonatan Castellano se fundió en un gran abrazo con su equipo, con Pincho, con su esposa y sus hijos que lo esperaban en el podio para recibir la merecida y esperada copa de campeón.