El estadio Mineirao fue escenario de una jornada que quedará marcada en la historia del deporte. Por la primera semifinal de la Copa del Mundo Brasil 2014, se escribió una de las páginas en el fútbol que será imposible borrar: se recordará siempre el día en que Brasil, sinónimo indiscutido de este deporte, fue humillado por Alemania ante su gente, siendo goleado 7 a 1 y eliminado del Mundial.
Ambos llegaban con la misma ilusión de obtener el boleto al choque decisivo, con aspiraciones de estar en la final. Con la lamentable ausencia de Neymar en el local, los de Luiz Felipe Scolari salieron al campo de juego con un esquema más defensivo, pero nada sirvió. Tampoco el apoyo ensordecedor de su público al inicio del encuentro.
La peor pesadilla de los brasileros comenzó a gestarse a los 11 minutos. La precisa pegada de Toni Kroos le permitió a Thomas Muller anotar el 1 a 0. Miroslav Klose se transformó en el máximo goleador de la historia de los mundiales al convertir el segundo para los teutones. En esa primera etapa Toni Kroos y también Sami Khedira hicieron su aporte para un asombroso 5 a 0 cuando apenas iba media hora de juego. Los hinchas anfitriones de la Copa del Mundo comenzaban a dejar el estadio, en muchos casos llorando.
André Schürrle completó la media docena de goles para Alemania en la segunda mitad, y él mismo se encargó del séptimo. Sobre el final del encuentro, el descuento de Oscar para Brasil no fue suficiente para aliviar la vergüenza del conjunto localy fue definido por los propios medios de Brasil como «el gol más triste del mundo». Fifia, en su web, confirmó que «nunca un equipo había marcado 7 goles en unas semifinales de la Copa Mundial».
Alemania ya se metió en la final del Mundial y tras este partido es el candidato indiscutido. Brasil quedó condenado a jugar por el tercer puesto. Mañana la Argentina enfrentará a Holanda para decidir el otro pasaje al partido decisivo, sabiendo que de lograrlo, el último escollo será sin dudas el más duro.