Se esperaba un gran espectáculo en la Bombonera, en una noche que marcaría en lo deportivo a Boca y River según el resultado del encuentro por los octavos de final de la Copa Libertadores. Y del resultado del partido deberíamos estar hablando. Pero, un comportamiento insólito de un grupo de hinchas de Boca ubicados detrás de la manga de salida de River provocó un escándalo en el entretiempo: cuando los jugadores de River volvían al campo de juego para disputar el segundo tiempo se vieron afectados por un químico. El partido estaba 0 a 0.
El inicio del segundo tiempo estuvo en duda desde allí e incluso el árbitro Darío Herrera indicó: «Vamos a esperar un tiempo prudencial» para tomar una decisión mientras jugadores como Leonardo Ponzio, Gonzalo «Pity» Martínez y Sebastián Driussi, algunos de los más afectados, lloraban por la irritación en sus ojos, al parecer, por un gas que además de impedirles la normal visión, les producía una sensación de quemazón.
Transcurridos unos minutos de la agresión, el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, ingresó intempestivamente al campo y allí la tensión tomó ribetes de mayor tensión mientras en la tribuna los hinchas de Boca cantaban contra River.
«No sé cómo entró eso a la cancha, abrieron la carpa y fue directamente a los ojos», contó Matías Kranevitter sobre lo ocurrido mientas que Ramiro Funes Mori expresó: «Nos tiraron gas pimienta como unos cobardes, no se puede permitir esto en el fútbol, no es una guerra, es sólo un partido de fútbol».
La exacerbación de los hinchas completó la escena con un drone que llevaba encima un fantasma que hizo recordar el paso del club de Núñez por el Nacional B.
Transcurrió más de una hora hasta que un representante de la Conmebol y la terna arbitral comunicaron una decisión que debió haber sido tomada al momento de conocerse la agresión a los futbolistas: el Superclásico se suspendió y deberá aguardarse la determinación de la Conmebol para saber cómo continúa la historia.
Para completar una noche vergonzosa, se supo que fue necesario un llamado de Sergio Berni, Secretario de Seguridad de la Nación, para exigir que las autoridades deportivas tomaran una resolución.