El ídolo máximo del deporte loberense, Oscar Roberto “Pincho” Castellano, fue homenajeado el pasado sábado en el Cine Teatro Español en una emocionante velada, con el acompañamiento de una enorme cantidad de loberenses y gente que recorrió muchísimos kilómetros para acompañar al tricampeón del TC.
El homenaje, organizado por Campeones y el Gobierno Local, se dio al cumplirse 30 años del primer campeonato que logró el loberense en Turismo Carretera.
El evento fue impulsado por los periodistas Carlos Alberto Legnani y Mariano Riviere, quienes compartieron la noche junto a Oscar Castellano y distintas personalidades del automovilismo como Roberto “Tito” Urretavizcaya, Eduardo “Lalo” Ramos y Jorge “Vasco” Oyhanart.
“Pincho” repasó distintos momentos de la temporada 1987 en la que obtuvo el primero de sus 3 campeonatos en TC y junto a los invitados revivieron distintas anécdotas y el histórico duelo con Roberto Mouras.
El Intendente Juan José Fioramonti estuvo presente y destacó la figura de Castellano como embajador loberense, llevando el nombre de Lobería a lo más alto junto a sus importantes logros a nivel nacional.
El tricampeón vivió una noche de emociones, que culminó frente al Cine brindando un espectáculo inolvidable a todos los presentes: “Pincho” aceleró por avenida San Martín conduciendo “La Laucha” (cafetera con la que se consagró en Mar y Sierras) y “La Naranja Mecánica” (Dodge con la que obtuvo el título 1987 de TC).
«Agradezco al equipo de Campeones, a la gente de la Municipalidad y, como siempre, a mi gente de Lobería. Es uno solo el que maneja el auto, el que tiene la pelea con la máquina para lograr lo mejor, pero detrás de ese solo hay un gran equipo. Yo tuve la suerte de de tener siempre excelentes personas y excelentes mecánicos que me acompañaron y me siguen acompañando en el automovilismo”, dijo Castellano, a quien se lo vio feliz, como así también a sus familiares.
A la hora de los agradecimientos finales, “Pincho” quiso hacer uso de un solo nombre propio, a quien mencionó como el “mentor de todo esto, el que me dio la oportunidad de hacer un auto y después correrlo”.
Se refería así a quien le abrió las puertas de su taller en Tamangueyú para enseñarle cuestiones elementales que lo transformarían luego en el gran piloto-preparador que es. “Enrique Castro, muchas gracias”, dijo Oscar Roberto Castellano para luego retirarse del Cine Teatro Español entre afectuosos abrazos y saludos, desde personas mayores que vivieron y sintieron la alegría de verlo alcanzar el éxito, y de chicos a quienes les contaron las hazañas de Castellano y lo alto que llevó el nombre de Lobería arriba de La Naranja Mecánica.