La violencia en el fútbol escribió un nuevo capítulo bochornoso en la localidad de Ayacucho, donde un árbitro fue prácticamente linchado por gente del Club Sarmiento de Ayacucho, donde juega el loberense César “Cuchi” Espende. De ese escandaloso hecho hablaron los medios nacionales y entre tantas actitudes repudiables, la de Espende y dos o tres compañeros se destacaron por ser todo lo contrario.
Este fin de semana un árbitro fue agredido por hinchas que coparon la cancha del club Sarmiento de Ayacucho, luego de que el juez suspendió el partido a raíz de que el local quedó en inferioridad numérica.
El arbitro agredido fue Claudio Elichiri, de la liga de Azul, a quien jugadores de Sarmiento le protestaron por no cobrar un penal a su favor contra el futbolista Alexis Morales.
Luego de esa jugada, llegó el segundo gol del rival, Sansinena de Bahía Blanca, con lo cual el equipo visitante clasificaba a la final por uno de los ascensos al Federal A.
A diez minutos del final Elichiri echó al jugador Curuchet y luego a otros jugadores, con lo cual quedaba suspendido el partido por inferioridad numérica, informaron los portales Ayacucho al Día y La Verdad, de la misma ciudad.
El problema mayor fue cuando la hinchada de Sarmiento entró a la cancha y «desbordó la custodia». «De no mediar la intervención de los jugadores rojinegros que trataron de cuidar la integridad del juez y sus asistentes el hecho pudo tener connotaciones más graves», sostuvo La Verdad.
Dentro de semejante locura generalizada, hubo quienes mantuvieron la cordura. Apareció luego un video sobre el hecho en cuestión, en los que se ven las agresiones, pero también el accionar de al menos tres jugadores de Sarmiento que protegieron al árbitro.
En el peor momento, cuando el desborde ya era total y la Policía poco hacía, se ve a “Cuchi” Espende (que vestía la número 6) correr entre todos para intervenir a favor del árbitro cuando se encontraba en el suelo y era salvajemente golpeado.
Espende se arrojó sobre él, corrió a algunos agresores y lo abrazó para protegerlo. Luego, junto a otro compañero corre hacia un costado y ayuda al árbitro a refugiarse en uno de los vestuarios.
Es repudiable la violencia en cualquiera de sus formas, pero dentro de esa locura generalizada, desde aquí destacamos los buenos valores que mostró el ex Jorge Newbery, que se expuso para evitar las agresiones a un tercero.