No es para nada usual encontrarse frente a un auto de Turismo Carretera y, actualmente, es mucho menos común verlo rodar fuera de un autódromo, en las calles de una ciudad. Jonatan Castellano transitó hoy en Lobería con la Dodge a bordo de la cual ganó la Carrera del Bicentenario en 2010, regalándole un momento único a quienes pudieron verlo.
Eran aproximadamente las 17 de este miércoles cuando algo rompió los esquemas de la fría tarde. Primero, el sonido único e inconfundible de un potente motor, luego una Dodge flamante, un auténtico auto de TC, transitando por las calles de Lobería para el asombro de todo el que pudo verlo o escucharlo.
Era Jonatan Castellano en la Dodge con la que el domingo 23 de mayo de 2010, en Rafaela, ganó su primera carrera en la máxima categoría del automovilismo nacional, nada más y nada menos que la Carrera del Bicentenario.
En diálogo con 2261, Pinchito explicó que fue una última vuelta en tierra loberense, ya que la Dodge formará parte del Museo del TC en el autódromo Mouras de La Plata. “Me di el gusto de pasar por el centro de Lobería, que no pasaba con un TC desde el 2009”, contó Castellano.
La Dodge, que luce igual que en 2010 y lleva pintado el número 9, transitó desde las instalaciones del Castellano Power Team, en ruta 227, hasta el monumento a Bartolomé Mitre, retornó por avenida Campos y frente al Taller Protegido Pinchito regaló un trompo a los operarios que estaban en la vereda viéndolo pasar.
“Sé que a la gente le gusta mucho. Aproveché a hacer un semitrompo frente al Taller Protegido, para disfrutar un ratito de distensión”, explicó el ídolo.
Además, Jonatan cometó que “en el Museo quieren tener todos los autos campeones o los que hayan ganado carreras históricas” y que por haber ganado la carrera del Bicentenario formará parte de la exposición permanente en el Mouras, que ya cuenta con las tres naranjas mecánicas con las que Oscar Pincho Castellano se consagró campeón.
Lo de hoy fue una despedida del auto de Lobería, aparte de regalar un momento único a los loberenses, Castellano comprobó que la máquina tuviera un funcionamiento correcto antes de entregarla. El sábado ya estará en el Museo del TC.