El flamante presidente, Alberto Fernández, asumió su cargo ante la Asamblea Legislativa. Junto a su vicepresidenta, Cristina Kirchner, el mandatario juró a las 11:57. En medio de ovaciones y la marcha peronista, recibió la banda y el bastón presidencial de manos de Mauricio Macri.
Tras la jura y las fotos protocolares, Fernández dio un discurso de poco más de una hora en el que, más allá de advertir por la difícil situación que atraviesa el país y alguna crítica a la gestión de su antecesor, hizo especial hincapié en el rumbo que le dará a su Gobierno y las primeras medidas que implementará.
«Deseo dirigirme a cada argentino que habita esta Patria, mi Patria. No quiero emplear frases gastadas ni artificiales. Quisiera que mis palabras expresen de modo más fiel posible el eco de voces desde la esperanza que millones de compatriotas se han expresado en las urnas el pasado 27 de octubre. Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un nuevo contrato ciudadano social», sostuvo Fernández en el inicio de su discurso.
El flamante mandatario resaltó que ese nuevo contrato social debe ser «fraterno y solidario».
«Fraterno, porque ha llegado la hora de abrazar al diferente. Solidario, porque en esa emergencia social, es tiempo de comenzar por los últimos para después llegar a todos. Este es el espíritu del tiempo que hoy inauguramos, con sobriedad en las palabras y expresividad en los hechos. Los vengo a convocar sin distinciones, para poner a la Argentina de pie», subrayó.
Fernández resaltó que para poner «a la Argentina de pie» hay que «recuperar una serie de equilibrios sociales, económicos y productivos que hoy no tenemos» y que «es hora de abandonar el aturdimiento, ser conscientes de las profundas heridas que hoy tenemos, y que necesitan curarse de tiempo, sosiego y sobretodo de humanidad».