Las detenciones de tres sospechosos por el crimen de Jorge Bustamante, el joven de 25 años oriundo de la ciudad de Tandil asesinado tras desaparecer por varios días, comienza a darles indicios más certeros a los investigadores. Los detenidos son Ángel Tami, un joven de 20 años que trabaja en un matadero de la zona, Javier Ramírez, de 19, que se desempeña como albañil: ambos tienen antecedentes penales por robo de acuerdo a registros provinciales, y Nahuel Morales.

Ahora, en base a pruebas, la autopsia al cuerpo de la víctima y la declaración indagatoria fundamental de Nahuel Morales, el primero de los detenidos, el fiscal Gustavo Morey reconstruye las horas previas a la muerte de Bustamante.

Morales se sentó el lunes cerca de las 19 horas y confesó en su indagatoria cómo fueron las horas previas al crimen. Señaló que entre él y los nuevos detenidos citaron a Jorge a un encuentro que en realidad era una trampa para robarle: los tres formarían una banda dedicada a asaltar. Durante este encuentro llegaron al lugar tanto Ramírez como Tami con la intención de asaltar a a la víctima.

En el momento del asalto, Bustamante se defendió y habría reconocido a uno de los agresores, lo cual provocó un ataque con una violencia inusitada.

«Lo tiraron al piso y le pegaron con la rueda de auxilio en la cabeza», señaló Morales ante el fiscal. Este extracto de la declaración coincide con la autopsia realizada al cuerpo que habla de fuertes contusiones en el cráneo.

Lo otro que señala el peritaje al cadáver es que Bustamante falleció producto del ahorcamiento por lazo con un cinturón de cuello.

Los minutos posteriores al homicidio están en plena investigación; no se descarta que pusieran el cuerpo en el baúl del propio auto de la víctima para luego arrojarlo desde un puente al arroyo Langueyú donde finalmente fue encontrado por un pescador cinco días más tarde.