Con negociaciones a contrarreloj se consiguió desactivar el paro de micros de larga distancia que había anunciado la Unión Tranviaria Automotor (UTA) a partir del miércoles y por tiempo indeterminado. El gremio que conduce Roberto Fernández accedió a deponer la medida de fuerza luego de que el Gobierno «garantizara» el aumento salarial que demanda.
La decisión se dio a conocer pese a que en las últimas negociaciones no lograron alcanzar una solución al conflicto. Según relató Fernández en declaraciones a Radio 10, los representantes del Poder Ejecutivo que participaron de la reunión que se desarrolló en Casa de Gobierno se comprometieron a abonar la suba del 30% que reclamaban los trabajadores.
El gremialista contó que en el encuentro las autoridades ofrecieron a la parte empresaria 85 millones de pesos mensuales para hacer frente a la suba que representan los salarios, pero la propuesta fue rechazada. «Manifestaron que no les alcanzaba y no aceptaron», señaló. Y se mostró esperanzado que en la próxima reunión se alcance una solución.
La amenaza que lanzó ayer el gremio ponía en jaque el transporte terrestre de larga distancia a días de que se inicie el receso invernal, lo que acrecentaba la presión para hallar una respuesta. «Peligran las vacaciones», alertó ayer Fernández.
Ya por la mañana, la UTA había sugerido que había una luz de posibilidad de que la huelga se suspendiera a raíz de un supuesto acuerdo entre las cámaras empresariales que participan de las paritarias y el Gobierno. Por esas horas, Fernández adelantó que se negociaba la entrega de subsidios a los empresarios.