La Selección cayó 1-0 con un gol de Mario Götze en el minuto 112 del alargue tras igualar 0-0 en tiempo reglamentario y el sueño de todos llegó a su fin. El equipo nacional jugó en la final su mejor partido, pero no pudo quebrar a los europeos pese a contar con varias ocasiones de gol. Pese a perder la final, fue un gran Mundial de la Argentina.
Higuaín tuvo una clarísima a los 20 del primero, comparable a otro mano a mano que Palacio desperdició en el suplementario. Incluso Messi estuvo mano a mano con el arquero alemán, pero tampoco le acertó al arco. Götze la tuvo y no falló, y esa fue la diferencia. El debió expulsar a Höwedes en la primera mitad y en la segunda no sancionó un penal claro sobre Higuaín por parte del arquero Neuer.
Desde el primer segundo hasta el minuto 47 hubo dos propuestas claras. Alemania dominó la pelota en campo rival y Argentina se agazapó para salir de contra. El andarivel derecho del ataque alemán fue el preferido, es que Lahm y Müller quedaban dos contra uno todo el tiempo ante Rojo. Y Argentina sufría, aunque solo con centros que Klose no podía conectar.
Las jugadas más claras, fueron para la Selección. A los 3, tras un tiro libre en la barrera de Kroos, Argentina salió de contra. Lavezzi le ganó a Hummels y toca para Pérez, pero tras un rebote le quedó a Higuaín. Pero su derechazo cruzado se perdió afuera. A los 8, otra contra, esta vez con Messi que desborda por derecha. El centro atrás para Pérez no llegó a destino. A los 10, Zabaleta se filtra por derecha y el mismo final que la jugada anterior.
Pero fue Higuaín el que tuvo una oportunidad única. Porque Argentina esperó el error del rival y el error llegó. Kroos le quiso pasar la pelota a su arquero Neuer con la cabeza, pero dejó al Pipa mano a mano. Con la pelota picando y sin marca, el delantero falló en la definición. Increíble. Para colmo, a los 29, Enzo Pérez envió un centro al área que conectó Higuaín y la pelota besó la red. Lo gritó, pero el línea Andrea Stefani levantó su bandera en una correcta decisión.
Para los 30, Löw, incómodo con el partido, aprovechó la lesión de Kramer (recibió un fuerte golpe en la cabeza tras un cruce de Garay) para poner a Schürrle. Sale un volante, ingresa un delantero -el que completó la faena ante Brasil con un doblete, nada menos-. Y en el último cuarto de hora del primer tiempo casi todo fue para Alemania. A los 36, Romero se lució ante un remate del recién ingresado, aunque la jugada no valía por el fuera de juego de Özil. Y el final fue golpe por golpe, aunque Argentina metía uno cada tres o cuatro de los alemanes. Messi desbordó por derecha (Hummels estuvo a punto de cometerle penal), pero otra vez no encontró destinatario para su centro. A los 43, otra vez Romero mantuvo el cero ante Kroos tras un error de Mascherano en el medio. Y sobre el cierre: córner de Kroos desde la derecha, cabezazo de Höwedes, palo, Müller (en offside) y Romero. A respirar.
Agüero por Lavezzi para el segundo y diez minutos eléctricos de la Selección. Salió a buscar el gol de la diferencia en los primeros suspiros del segundo tiempo. Y fue Messi el que quedó mano a mano, nada menos. Pero Lío definió de zurda, apenas desviado. Otra chance perdida y a volver a empezar.
Un pelotazo aislado para Higuaín obligó a Neuer a salir lejos de su arco. Se lo llevó puesto a Higuaín. Fue penal. Pero el árbitro italiano Rizzoli cobró falta en ataque. Insólito. Y Argentina otra vez debía recomponer sus piezas, meterse rápido en el partido.
Pasó poco en el segundo tiempo. Argentina controló a su rival, a pesar de la superioridad numérica en la mitad de la cancha, y del despliegue físico de los alemanes que no tenían encima un suplementario como la Selección que llegó a los penales ante Holanda. A los 29, Messi (molesto y con gestos de dolor) por primera vez en el torneo pudo realizar su jugada característica: gambeta desde la derecha hacia el medio y zurdazo al segundo palo: desviado. Enseguida, a la cancha Palacio, aguera higuaín; Argentina apostaba por la pelota larga a espaldas de los centrales. Y ya casi no atacó. Pero Alemania tampoco, o muy poco.
A los 36, Kroos tuvo el gol en la puerta del área, pero su toque de derecha se fue desviado. Gago por Enzo Pérez, a cuidar la pelota. Y Götze reemplazó a Klose. Apuró Alemania sobre el final, pero el partido se fue inexorablemente al tiempo suplementario.
El primero de los dos tiempos complementarios tuvo una situación clarísima por bando. La primera fue para Alemania con un remate de Schürrle que otra vez despejó Romero. Y la de Argentina fue un gran pase para Palacio que la bajó de pecho y quedó de cara al gol. La quiso tocar por encima de Neuer, pero le pegó mal y la pelota se perdió afuera. El partido no podía ya tener más tensión.
Y en el segundo tiempo el desborde de Schürrle, el centro al área. Götze pecho, zurdazo y gol. Alemania se quedó con su cuarto título del mundo y Argentina sin trofeo, pero con el pecho inflado y la frente bien alta.