Apostar no es un juego de chicos. En Argentina, está prohibida la participación de menores de 18 años en plataformas de apuestas online, al igual que en casinos o bingos. Sin embargo, la ludopatía crece a edades cada vez más tempranas y los especialistas en salud mental advierten sobre los riesgos de la adicción al juego, especialmente entre los adolescentes, un grupo vulnerable que se encuentra en plena etapa de desarrollo emocional y cognitivo.
Las cifras son contundentes: el 8,29% de los argentinos apostó online en algún momento de su vida, cifra que se eleva al 12,5% en jóvenes de entre 15 y 24 años, y alcanza el 15,5% en el grupo de 25 a 34 años, según un reciente informe presentado por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense.
La ludopatía es un trastorno psicológico que se caracteriza por la compulsión a apostar y afecta significativamente la vida personal, familiar, académica, laboral y económica de quienes la padecen. Como en toda adicción, el apostador eleva su propio umbral de tolerancia al estímulo, por eso siente que necesita cada vez más tiempo y dinero en el juego para evitar los síntomas de abstinencia.
“Los juegos y las casas de apuestas figuran entre las actividades de entretenimiento más populares y de mayor desarrollo en el mundo. Este fervor por jugar se manifiesta particularmente en los países de América Latina, donde el negoció se potenció al aumentar sustancialmente el nivel de conectividad a partir de la pandemia″, señaló a Infobae el defensor adjunto bonaerense Walter Martello, director del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos y coordinador del documento “Ludopatía en jóvenes”, realizado tras la solicitud de la asociación civil “Pensando en Generar Políticas Públicas”.
El informe señala que, históricamente, los jugadores patológicos eran en su mayoría adultos mayores de 45 años que apostaban para ganar dinero o recuperar pérdidas, en lugares físicos, como hipódromos o casinos. Actualmente, la modalidad de juego virtual impulsó un cambio del perfil del jugador hacia jóvenes de 15 a 35 años, muchos de ellos estudiantes secundarios o universitarios, que pasan largas horas en plataformas online.
El documento de la Defensoría -que interpreta y agrega información a un relevamiento realizado por Ibope que abarcó a 10.018 apostadores en Argentina- muestra que las apuestas online son más habituales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con un 9,07% de incidencia comparado con el 7,46% en otras regiones del país.
“La ludopatía infantil, juvenil o juego patológico en niños, es una adicción al juego en personas menores de edad. Al igual que los adultos, se manifiesta con comportamientos compulsivos alrededor de los juegos de azar, videojuegos o apuestas en línea, entre otros. El inconveniente central es que la idea de juego es inherente a la infancia y eso hace que, tras un halo de simple e inocente diversión, se encuentren peligros muy significativos”, destacó en Infobae el médico psiquiatra y neurólogo Enrique de Rosa Alabaster.
En tanto, el médico psiquiatra Federico Pavlovsky señaló en una nota en Infobae que “la ludopatía, en su vertiente clásica como las apuestas en el casino o de caballos sigue existiendo, pero se ha producido un desplazamiento hacia las apuestas online en todo el mundo debido al auge tecnológico, la inteligencia artificial, la publicidad y las plataformas que potencian el problema”.
Además de analizar las causas del crecimiento de la adicción al juego en adolescentes, vale aclarar que la lucha contra la ludopatía implica múltiples aristas, una de ellas es el control y penalización de los sitios de juegos clandestinos que, al no adecuarse a la legislación, no cumplen con la normativa de verificación de identidad y edad, por lo que terminan convirtiéndose en un refugio para los adolescentes apostadores.
La diferencia fundamental a la hora de diferenciar un sitio ilegal de uno legal es el dominio. Los sitios legales son todos aquellas plataformas que terminan en bet.ar Además, por ley, las plataformas legales de apuestas no permiten la participación de menores de 18 años. “Si bien el juego está prohibido para menores de 18 , las continuas invitaciones que reciben vía listas de mensajería o mensajes directos los invitan a incluirse en esta problemática que es de muy difícil rastreo y es muy difícil para persecución legal”, advierte Martello.
Martello, quien trabaja en un proyecto de ley provincial para regular aspectos vinculados a la publicidad en los sitios de juego legales, a la vez que coordina talleres de concientización en las escuelas y clubes deportivos bonaerenses, bajo el lema “Apostar no es un juego”. Desde su perspectiva, las estrategias públicas contra la ludopatía debe incluir legislación que regule los sistemas de alerta que las mismas páginas deberían incluir hacia los jugadores, con exclusión casi automática de que los hacen en forma continua y por determinados montos, obviamente las empresas de billeteras virtuales deberían establecer filtros y controles parentales más eficientes a la hora del acceso de los menores.