El gobierno porteño prohibió el lenguaje inclusivo en las escuelas, puntualmente aquellas expresiones que incluyen la “e”, la “x” o el “@” como “chiques”, “bienvenidxs” o “alumn@s”. Lo hizo a través de una resolución que acaba de llegar a los colegios y que empieza a regir desde hoy mismo, aunque reconocen que será un proceso gradual hasta que se refleje en su totalidad.

La medida alcanza tanto a las escuelas públicas como a las privadas de la Ciudad y a los tres niveles obligatorios (inicial, primaria y secundaria).

“Establézcase que en el ejercicio de sus funciones, los/as docentes deberán desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza”, ordena la norma.

De acuerdo a lo que explicaron, la resolución apunta a eliminar todas las barreras y distorsiones del lenguaje tanto en la enseñanza de parte de los docentes, como en las comunicaciones formales con las familias y en los carteles que se encuentran en el establecimiento. En concreto, todas las expresiones con la “e”, la “x” y el “@” quedan prohibidas más allá de en diálogos informales como en los recreos o en las salas de profesores.

“Sabemos que el lenguaje va mutando y no somos ajenos a eso, pero ese tipo de distorsiones generan dificultad para aprender las reglas gramaticales y básicas de la lengua. Es algo que venimos trabajando con especialistas y si bien no hay evidencia porque aún todo es muy nuevo, coincidimos en que va en contra del aprendizaje. Nosotros tenemos la obligación de enseñar el uso correcto de la lengua. Después los chicos son personas libres y pueden adecuarlo como crean conveniente”, señaló Soledad Acuña, ministra de Educación porteña.

A nivel provincial, los diputados opositores Guillermo Castello (Libertad Avanza) y Matías Ranzini (Juntos por el Cambio) presentaron un proyecto de ley para que también se prohíba el uso del llamado “lenguaje inclusivo” en el Estado y en el sistema educativo de la Provincia de Buenos Aires.

En su proyecto, Castello y Ranzini afirman que “buscan evitar distorsiones o deformaciones lingüísticas que conspiren contra la adecuada comprensión de lo que se quiere comunicar, como así también evitar expresiones que resulten expresiones que resulten impronunciables verbalmente”.