Hija de un padre español, que llegó a los 18 años a nuestro país escapando de la guerra, y de una madre argentina, Carmen Frey de Fernández, nació en la localidad de Vela (Tandil), el 27 de septiembre 1912. A los 2 años se trasladó con sus padres para vivir en Lobería.
Tuvo tres hermanos varones y cuatro mujeres, hoy fallecidos. Se casó a los 23 años con José Fernández, inmigrante español, con quien tuvo 9 hijos, 3 varones también fallecidos y seis mujeres que actualmente se turnan cada mes para acompañarla.
Durante toda su vida se dedicó a la quinta, a la cría de animales y a los trabajos rurales. Recuerda que vendía mercadería para comerciantes locales, entre ellos resuenan los apellidos Mehamed, Sorribe y Marinier.
Lúcida, alegre, le gusta jugar diariamente a la quiniela y recordar su historia pasada, los versos que recita con exactitud, aprendidos a los 15 años cuando protagonizó una obra teatral. Haciendo gala de su gusto literario dice, “yo he soñado el amor como una liberación, no como una pena más, lo jure y hasta ahora lo he cumplido”.
Actualmente domiciliada en calle Ayrolo 359, vive con sus hijas. Su rutina diaria comienza cuando se levanta, se encarga de arreglar su dormitorio, colaborar en el aseo de la casa y en la cocina. En cuanto a la comida, asegura no privarse de nada, solo estos últimos años disminuyó el uso de la sal. Su receta para mantenerse en forma es estar siempre muy activa, y no visitar los médicos, señala que ella sabe generar su medicina natural.
“No sé lo que es un médico y si me dicen que vaya me curo sola”, se divierte. Para su cumpleaños, esta tarde, la familia organizó una reunión, a la que asistieron sus hijos, nietos y familiares, para compartir un sabroso chocolate con la torta de cumpleaños, aunque la gran celebración está prometida para el cumpleaños número 105, ocasión en la que planea una gran fiesta en un salón para todos sus seres queridos.