Un grupo de científicos desarrolló una prueba de análisis de sangre que permite hacer una detección temprana de 50 tipos de cáncer, según demostraron los resultados de un estudio de reciente publicación.

El trabajo, publicado en la revista Annals of Oncology, halló que la simple prueba de sangre puede identificar distintos tipos de cáncer, como el de ovario, páncreas, cuello, cabeza, esófago y algunos cánceres de la sangre.

Todos estos tumores difícilmente se diagnostican antes de la manifestación de los primeros síntomas, por lo que su detección temprana a través de la prueba de sangre permitiría hacer un tratamiento más efectivo de los pacientes, aumentando las probabilidades de supervivencia.

El test, que fue probado por el Servicio Nacional de Salud (NHS, por su sigla en inglés) del Reino Unido, está está dirigida a personas con mayor riesgo de contraer la enfermedad, como pacientes de 50 años o más sin síntomas.

El test desarrollado por investigadores de la empresa estadounidense Grail, detecta los cambios químicos en fragmentos del ADN que se filtran a través de los tumores a la sangre. De forma más específica, el test se enfoca en los cambios químicos conocidos como “patrones de metilación”.

El estudio se hizo con muestras de 3.536 personas analizadas en los últimos dos años. Más de dos tercios de ellas padecían cáncer, 2.823 en total. La prueba detectó correctamente la presencia de cáncer en el 51,5% de los casos, y sólo produjo un 0,5% de falsos positivos.

Sobre todo, se ha demostrado que el test es más efectivo con los cánceres de difícil diagnóstico, como los de cabeza, cuello, ovarios o sangre. Por ejemplo, ha detectado dos tercios de los cánceres de esófago, hígado y páncreas, para los cuales no hubo detección temprana.

Mientras tanto, la capacidad de generar un resultado positivos en cáncer de sangre, como el linfoma y mieloma, fue de 55.1 por ciento.

En el 88,7% de los casos, el test logró incluso localizar el tejido afectado.

La precisión del test se considera suficiente para realizar una prueba más amplia en hospitales públicos británicos: 140.000 sujetos “en riesgo” participarán en un programa piloto que comenzará en septiembre de 2021. Los resultados saldrán a la luz en el próximo 2023.