Con el apoyo de una parte de peronismo, Cambiemos convirtió en ley esta madrugada el Presupuesto 2019 en una maratónica sesión en la que también se debatieron la adenda al Consenso Fiscal, cambios en ganancias y el proyecto de bienes personales -que como se aprobó con cambios deberá retornar a Diputados-.
El proyecto de Presupuesto 2019 del Ejecutivo plantea un ajuste de más de $ 400.000 millones, contempla un gasto total de más de $ 4 billones, una inflación interanual del 23%, una caída de la economía del 0,5% y un dólar a $ 40,10, mientras que los servicios de deuda aumentarán 48,8% respecto de este año.

Al cerrar los discursos, el presidente del interbloque Cambiemos, Luis Naidenoff, reconoció que el Presupuesto 2019 fue confeccionado en un «contexto de emergencia económica y social, con devaluación, inflación e incremento de la pobreza».
«A diferencia de años anteriores, no venimos ni a negar ni a ocultar la realidad», remarcó.

Previamente se manifestó el senador por Río Negro, Miguel Ángel Pichetto (Bloque Justicialista), quien consideró que de no votarlo «aumenta la discrecionalidad y vamos con rumbo de colisión si no se corrige el rumbo».

En su exposición, Pichetto calificó al presupuesto «como malo, de ajuste, elaborado en el marco de dos corridas bancarias». Al analizar los números de la denominada «ley de leyes», el rionegrino destacó que «el 74,5% del gasto primario es el gasto social. Toda el alma sensible de la Argentina está ahí». También consideró que de no crecer «5 puntos por año, este esquema económico no se sostiene».

El Gobierno buscaba tener aprobado el Presupuesto antes de fines noviembre con el objetivo de cerrar ese frente parlamentario como un mensaje de buena voluntad hacia el FMI y antes de la realización de la Cumbre de Líderes del G20 que se desarrollará en la Ciudad de Buenos Aires entre el 30 de este mes y el 1 de diciembre.